Resposta a Tramuntana
Algunas puntualizaciones a su amable escrito.
No se
obvia nada. El publirreportaje deja bien claro que la propiedad es privada
(¿quién lo ha puesto en duda?) y los daños causados al entorno por algunos
desaprensivos. Aprovecharse de la actuación de una mínima parte para
descreditar, deslegitimar, perseguir y criminalizar a la mayoría es el
problema. Si usted entiende que necesita ser controlado, no me opongo, pero sí
a que eso me afecte a mí y al resto de senderistas.
Por lo
que respecta al tema de los caminos públicos o privados, me ceñiré a una opinión
fundamentada. Mi amigo de la judicatura indica que debemos recordar que de
acuerdo con el Código Civil, un camino abierto y demarcado que haya estado
abierto al público y se haya utilizado durante 20 años constituye una
servidumbre de paso continua y aparente. Por lo tanto, incluso con la puerta
cerrada, sigue siendo un camino abierto al público, por más que les pese a los
propietarios, al Ayuntamiento o al Consell. Estos dos últimos deberían
garantizar que así fuera, de hecho. Se recomienda una lectura del Título VII
del Código Civil, especialmente el art. 537, y que traten, por una vez, de
ajustar su actuación a la ley en beneficio de todos. Esto no es opinión, es
norma jurídica con jurisprudencia extensa y convertida en doctrina por el
Supremo. Pacta sunt servanda. Los derechos a la propiedad privada deben son
respetados, por supuesto, haciéndolos compatibles con el resto tal y como marca
nuestro ordenamiento jurídico.
Hay
una pregunta clave, ¿qué hay detrás de toda esta organización? Un uso
interesado de los valores ecológicos para limitar, prohibir y perseguir, al
tiempo que se obtiene acceso a los fondos públicos para financiar las obras
acometidas. En mi opinión, que usted no ha rebatido.
Por
cierto, cuando usted reclama un voto de confianza me siento legítimamente
autorizado a demandarle, al igual que al resto de propietarios, la misma
confianza hacia un colectivo que ha demostrado más que sobradamente su
compromiso con la protección de la Serra, su mantenimiento y preservación,
compartida con un uso responsable y sostenible. ¿Por qué me lo niega, entonces?
Se obtiene más de la colaboración que de la confrontación.
Para
cerrar, la historia nos dice que cuando se deja pasar el tiempo, el resultado
final suele ser decepcionante. Los que dominan la agenda y gestionan el tiempo,
los poderosos, vencen. El tradicional fatalismo mallorquín expresado con la
expresión “Tanmateix!”. Yo soy más de “Més
val un per si de cas, que un ja t’ho havia dit” y por supuesto de “Dèu ens guard d’un ja esta fet”.
Resposta a JBAD
Apreciado JBAD
Siempre que alguien invoca el derecho a la
propiedad privada, consagrado por la Constitución del 78, recomiendo leer el artículo
33 COMPLETO. El texto dice:
1. Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la
herencia.
2. La función social de estos derechos delimitará su
contenido, de acuerdo con las leyes.
3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por
causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la
correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes.
Tenga presentes esos conceptos. Función social.
Causa justificada de utilidad pública o interés social y, por supuesto,
indemnización. Uno podría tener la sensación que usted se detiene en el
apartado primero. Al proclamar el imperio de la ley (y yo lo suscribo) entiendo
que debe referirse a todas las leyes y no a una parcial e interesada aplicación
de las mismas. Y le recomiendo el artículo 45, que habla de los principios
rectores de la política social y económica. Empieza así “Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para
el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo”.
Algo más adelante acusa a un amplio colectivo de
maleducado, inconsciente, desagradecido e integrantes de un conjunto de bestias
que se apacientan y andan juntas (como dice la RAE de la acepción ganado). Nunca
olvide que su mensaje lo va a leer otro ser humano con sentimientos que usted
puede herir. Y está claro que usted no se atrevería a decir estas barbaridades
en la vida real. Sus palabras le califican y definen. Respete y respétese a sí
mismo rectificando.