Después de varios días de viento y lluvia, el día 2 de enero amaneció cálido y soleado. En el punto de encuentro, alrededor de la hora señalada 08:00, fueron apareciendo unos y otras con caras anhelantes y sonrientes. Todos preparados para andar por el monte. ¡Iba a dar comienzo nuestra marcha! Como de costumbre un grupo con salida tranquila para todo el día y otro para hacer una salida comprimida (el amigo Joan las denomina rutas estresantes).
Comenzó nuestra senda internándonos en el bosque de la Mola de Planicia. Con sólo unos pocos kilómetros, habíamos cambiado la ciudad por el monte, el asfalto por las encinas. Pronto empezamos a sudar, dejamos el camino del Correo a la altura de la patada del caballo de San Jorge y entre bosques espesos y hojarascas otoñales, nos dirigimos al primero de nuestros objetivos un paso rocoso que según nuestro escalador (hijo de Agustín) se puede calificar de un III, aunque nosotros lo atacamos por una ladera suave, enseguida una rápida y alegre bajada nos dejaba en situación de un nuevo paso, ahora de cazadores con la roca picada y con unas panorámicas maravillosas sobre la bahía y Cabrera.
La hora siguiente, sin tregua, la realizamos por el mejor bosque de encinas de la isla, a ritmo de persecución y con la orientación propia de los órganos del oído. Nos dirigimos a la cima de la Mola, para de inmediato bajar por el comellar de los Tejos y enseguida con importantes desgrimpadas meternos por la derecha por la gran repisa sobre S´Arboçar y Son Sanutges, en esta zona grata observacion, hemos encontrado un camino de carbonero de mas de 100 metros de longitud entre rotlos de sitja. Nos quedaba el 5º paso de la jornada, el Mal Pas y una rápida bajada por arrastraderos pedregosos nos deja en el Camino del Correo, allí una tablilla dice 1 hora 35 minutos a Esporlas, nuestro objetivo llegar al coche en tiempo recor. ¡¡¡Logrado¡¡¡ 15 minutos y estamos en los coches dirigiéndonos a comer con nuestras familias. Adjunto las fotos del hijo de Agustín, ya sabéis que yo no llevo cámara, de otra forma como podría conseguir esos intensos y bellos objetivos en tan pocas horas
Comenzó nuestra senda internándonos en el bosque de la Mola de Planicia. Con sólo unos pocos kilómetros, habíamos cambiado la ciudad por el monte, el asfalto por las encinas. Pronto empezamos a sudar, dejamos el camino del Correo a la altura de la patada del caballo de San Jorge y entre bosques espesos y hojarascas otoñales, nos dirigimos al primero de nuestros objetivos un paso rocoso que según nuestro escalador (hijo de Agustín) se puede calificar de un III, aunque nosotros lo atacamos por una ladera suave, enseguida una rápida y alegre bajada nos dejaba en situación de un nuevo paso, ahora de cazadores con la roca picada y con unas panorámicas maravillosas sobre la bahía y Cabrera.
La hora siguiente, sin tregua, la realizamos por el mejor bosque de encinas de la isla, a ritmo de persecución y con la orientación propia de los órganos del oído. Nos dirigimos a la cima de la Mola, para de inmediato bajar por el comellar de los Tejos y enseguida con importantes desgrimpadas meternos por la derecha por la gran repisa sobre S´Arboçar y Son Sanutges, en esta zona grata observacion, hemos encontrado un camino de carbonero de mas de 100 metros de longitud entre rotlos de sitja. Nos quedaba el 5º paso de la jornada, el Mal Pas y una rápida bajada por arrastraderos pedregosos nos deja en el Camino del Correo, allí una tablilla dice 1 hora 35 minutos a Esporlas, nuestro objetivo llegar al coche en tiempo recor. ¡¡¡Logrado¡¡¡ 15 minutos y estamos en los coches dirigiéndonos a comer con nuestras familias. Adjunto las fotos del hijo de Agustín, ya sabéis que yo no llevo cámara, de otra forma como podría conseguir esos intensos y bellos objetivos en tan pocas horas
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