Torre Tuent-Cala Fotuda

La Jornada d’es Paner Buit, una vuelta por la Mola de Tuent

La Ermita de Sant Llorenç nos acoge para iniciar la jornada bajo un cielo gris, con rachas de viento continuas y ocasionales ráfagas de lluvia. Tomamos el camino que nos conduce a la TORRE D’EN PALOU, entre monte bajo y algunos pinos diseminados. Cuando alcanzamos la cima de Sa Mola de Tuent (472 m), tenemos ocasión de acceder a la Torre por una escalera metálica al interior y, desde este, hasta la terraza superior. Unas fantásticas vistas que abarcan desde Es Morro d’en Llobera hasta Sa Torre de Na Seca, con el islote de Es Colomer asomando por detrás, son el premio. Tras una prolongada merienda, decidimos explorar la zona. No hemos recorrido 60 kilómetros para hacer una matinal. Iniciamos el descenso hacia Sa Mola de C’an Palou, situada hacia el norte, tomando un sendero que arranca de un aljibe provisto de dos bonitas “picas de pedra”, para alcanzar en pocos minutos un recinto con paredes de piedra medio caídas de forma vagamente rectangular. En su interior descubrimos un conjunto curioso: dos piedras que, situadas una junto a la otra, se apoyan en tan escasa base que parece imposible que aguante su masa. JMartinez las rodea y descubre que la mayor, además, tiene una curiosa forma. Queda bautizada de forma inmediata como Sa Pedra d’es Nas. Abandonamos la pared para buscar el centro del comellar, dominado por una hilera de pinos que nos conducen a las inmediaciones de la Mola. Una vez allí comprobamos que tenemos el paso cortado y debemos tomar por la derecha por un comellar que parece llevar a los alrededores de SES FEL·LES. Guiados por Toni y Es Senyor de Sa Torre, rodeamos por su base la Mola, abandonando el comellar por la izquierda. De repente Es Senyor advierte que estamos en un viejo camino. No nos lo acabamos de creer y hasta que no localiza una vieja botella de vidrio y algunos signos (muy débiles) de trabajo en la piedra no nos convencemos. Toni se ha adelantado. Ha encontrado los restos de una barraca. El abrupto y difícil terreno cambia radicalmente. Estamos en una zona plana, relativamente cómoda y llena de señales de uso. Lo que parecen los vestigios de una era, los muros de una barraca, pequeñas paredes caídas, montones de piedras ordenadamente dispuestas, “clapers” …Nos encontramos en S’HORT D’EN ROM. Parece increíble que alguien pudiera ganarse la vida en este alejado rincón, dejado de la mano de Dios. Prolongamos hacia el Mar, para alcanzar el Cingle d’en Perot, el extremo la pequeña península en que nos encontramos, Es Morro de Sa Corda. A la derecha se aprecia con claridad la playa rocosa de Ses Fel·les y un par de posibles vías para alcanzarla (¿a qué esperamos, Guapetón?). Es Morro de Sa Vaca aparece por detrás de la cima de Ses Estepes (354 m), sobre Es Cingle d’es Romaní. A nuestra espalda, hacia el sudoeste aparece una “bauma” bajo un pequeño promontorio. En sus inmediaciones aparecen restos de camino muy deteriorados. Unos cuantos “degotissos” en su interior nos explican cómo obtenían el agua los esforzados “roters” y pastores que debieron trabajar estos roquedales. Por la derecha de la “bauma” superamos un paso y nos encaminamos hacia un collado situado hacia la derecha. Al alcanzarlo, observamos restos de camino y una fita que marca una estrecha canal que desciende. Estamos en la zona donde debería encontrarse SA COVA D’ES SOLDAT FUIT y CALA FOTUDA. A pesar de los esfuerzos de JMartínez no encontramos nada. El terreno es complicado, el clima no acompaña y no tenemos ganas de reeditar, mejorandola claro, la aventura del Pas de Sineuer (la madre de todos los pasos). Volvemos atrás y tomamos un comellar que nos conduce aparentemente hacia Es Racó de Sa Coma. Podemos ver la pista que conduce a la misma, a la vez que un sendero que parece llevar hacia Es Penyal Foradat. En la zona esta descrito un, aún no localizado, PAS D’ES COCÓ, que podría darnos paso franco. A pesar de nuestros esfuerzos, no vemos vías de paso razonable. Mientras nos movemos por el complicado terreno, oímos los golpes sordos de la olas sobre las rocas situadas a 300 metros por debajo. Un verdadero espectáculo sonoro y visual. Iniciamos la retirada hacia la Torre. Se ha hecho tarde y tenemos apetito. Al alcanzar un collado resguardado del viento, JMartinez, se detiene, hace un círculo con piedras, saca unas maderas del interior de su mochila y empieza a preparar el fuego. Correcamins colabora sacando media docena de “botifarrons” y una longaniza de medio metro. Un pan aparece como por arte de magia. Sólo falta un poco de vino. ¿Cómo? ¿Qué es eso que saca Es Senyor de su mochila? ¡Una botella de un excelente crianza! En un plis plas tenemos el fuego encendido, los embutidos pinchados en espetones y el pan a tostar. En menos que se tarda en decir, ¡Jesús!, tenemos una deliciosa y caliente comida, bien regada y mejor degustada. La cosa no puede acabar más que con un brindis al grito, ya tradicional, de QUI ENS VULGUI MAL, QUE REBENTI ¡¡ y un recuerdo para los ausentes.
Tomadas todas las precauciones con el fuego, reiniciamos el camino tomando como referencia la figura de la Torre. En pocos minutos alcanzamos las inmediaciones de Sa Tanca de Sa Pedra d’es Nas, y de ahí la parte superior de Sa Mola de Tuent. Una última mirada al escenario que nos ha acogido en este jornada, antecede a una rápida bajada hasta la Ermita que alcanzamos en menos de 20 minutos.


Hora Inicio = 09:30 Hora Final = 16:30

Advertencia: Terreno duro, difícil, sin caminos claros (hay que tener mucha imaginación para verlos), de continuo sube y baja. Un verdadero rompepiernas.

Referencias:
Mascaro-Pasarius, Lámina 4
Mapa Alpina Tramontana Nord