



Desde la plataforma del nunca iniciado funicular a los pies de la
Serra de Na Rius, iniciamos el caminar hacia el
Coll des Porxo Esbucat, donde podemos apreciar por primera vez la zona que nos proponemos trabajar, con
Ses Monjoies y
Es Clots Carbons a la derecha, a la vez que se intuye la depresión del inicio del
Torrente del Gorg des Diners. Continuamos por el tradicional camino de Binis, a los pies de las estribaciones al norte del
Puig Major. Entre una débil neblina, tenemos ocasión de apreciar las posibilidades que ofrece una “directísima” al
Morro d’en Pelut, por algunas canales interesantes. A buen ritmo nos acercamos, tras atravesar un primer portell y un pequeño bosquecillo de encinas, a la afamada
Font Subauma (1). Esta se encuentra situada a los pies de
Sa Coma Fonda o des Ribell, y se distingue por la presencia de un viejo poll blanc (populus alba). A un lado y otro se distinguen restos de antiguas y muy deterioradas construcciones que evidencian la explotación de estos campos situados a más de 700 metros de altitud. Precisamente un pequeño espacio situado a nuestra derecha, cercado de rejilla al lado de un afloramiento rocoso de buenas dimensiones, nos indica que es hora de abandonar el camino. Debemos pasar por el espacio entre el cercado y las rocas, para ir a buscar, con cierta tendencia a la izquierda, algunas fitas o marcas de pintura roja que nos conducirán entre un infierno de karst hacia un comellar donde se intuye más que se ve un sendero entre un dédalo de rocas, carrizo y zarzas. A los interesados en la botánica le sorprende la abundancia de arces (rotaboc, acer opalus) incrustados en las paredes calizas. Con paciencia descendemos trabajosamente, hasta que la perspectiva se abre, ofreciendo la primera imagen del fondo del pequeño valle que atraviesa el Torrente des Gorg des Diners, presidido enfrente por las pequeñas cimas que guardan Es Clots Carbons. Hemos alcanzado
Es Pas de N’Argentó, que identificamos por un pequeño portell que marca el inicio de un camino, colgado de unos pequeños marges que permiten salvar el desnivel con comodidad insospechada. Un pequeño cono rocoso muy característico nos recibe al final del paso, antes de adentrarnos en un molesto descenso entre piedras y carrizos, para alcanzar un senderillo que nos conduce a la izquierda, al fondo del valle, alcanzando un bosque de pinos que esconde el recorrido del torrente, que proviene de Sa Coma des Binis a la derecha. Al alcanzar el lecho del mismo y antes de adentrarnos más, tenemos ocasión de disfrutar de los débiles rayos del sol y reponer fuerzas. Un calor húmedo nos empieza a rodear con fastidio. Algunos no pueden resistir la tentación y recorrer el bosquecillo para obtener la recompensa de un par o tres de esclatasangs (lactarius sanguifluus). Retomamos el andar, siguiendo el recorrido del torrente durante un centenar de metros para, al alcanzar el primer salto, salir por la derecha por un caminito que constituye
Es Pas de S’Estaca que permite superar el torrente sin más problemas. El camino ahora esta indicado claramente indicado por hitos que se suceden a pocos metros uno del otro. Es tiempo de admirar el macizo rocoso que separa los torrentes hermanos de Es Gorg des Diners del llamado de
S’Al·lot Mort, que corren para converger cerca de
Cala Tuent. Con certeza debería ser objeto de alguna atención en un futuro no muy lejano. Entre unos dinteles rocosos, tenemos ocasión de apreciar la primera imagen de
Es Morró des Forat, que guarda Cala Tuent por la izquierda. Sin perder altura, vamos atravesando un terreno escarpado, con continuas subidas y bajadas, mientras la montaña de Montcaire y el Mar se van haciendo más aparentes paso tras paso. Alcanzamos en poco menos de una hora
Es Coll de Ses Mamelles, en el que enganchamos con el camino que conduciría hasta Es Clot Carbons. La Torre de Sa Mola de Tuent, sobre Son Palou, se distingue con claridad sobre un cielo gris. Tomando por la izquierda de un cercado de piedra, iniciamos el descenso por
Es Canal o Pas den Termes. Guapetón se muestra creativo y, animado por Es Senyor Aví de Sa Torre, decide abandonar el sendero para evitar tener que conectar con la carretera, enlazando directamente con inicio del Pas de S’At·lot Mort, nuestro próximo objetivo. Entre carrizos y piedras sueltas empezamos a transitar por la parte baja de
Es Cingle den Coll. En un momento de duda, nos decidimos a seguir el camino que nos marca una solitaria cabra. Al fin y al cabo si esta lo ha conseguido, nosotros no nos quedaremos atrás… Las cosas no empiezan mal. Una repisa cómoda, con continuas subidas y bajadas entre una espesa vegetación y lo que intuimos restos de un antiguo camino. De forma no sorprendente, poco a poco el negocio se enmaraña y después de un par de intentos frustrados, debemos iniciar una salida de emergencia haciendo un destrepe por una canal inédita. La ayuda de Guapetón y el buen tino del Senyor Aví ayudan en la tarea, aunque al precio de un percance con una pequeña piedra que alcanza el pómulo de Correcamins. Nada para lo que podría haber sucedido y un recordatorio de que el peligro siempre esta presente. El terreno no mejora y descendemos entre una maraña de matas, carrizo, piedra suelta y árboles abatidos hacia el punto donde se abrazan el Torrente de S’Al·lot Mort y el del Gorg des Diners, para formar el
Torrente de Can Real. Atravesando un pequeño bosque de encinas, llegamos primero al Torrent des Gorg des Diners y poco después a la intersección con su hermano. Entre piedras de buen tamaño, alcanzamos en pocos minutos la boca de una mina situada en la orilla derecha de la que surge un generoso caudal de agua que es recogida y entubada(2). Siguiendo los restos de una antigua canaleta llegamos a un estanque donde se recogen las aguas, que presiden un huerto de naranjos cargados de frutos aún no maduros. Se distinguen las primeras construcciones de lo que después averiguaremos que es
Can Lleig, para, saliendo por un sendero muy empinado a la derecha alcanzar una pista y casi de inmediato la carretera que conduce a
Es Vergeret. Llegados al restaurante del mismo nombre y, tras reponer fuerzas definitivamente, tomamos un camino que se inicia a la espalda del aparcamiento del mismo con un sencillo botador de madera. Siguiendo un conjunto de fitas y marcas circulares de pintura blanca en los árboles, recorreremos un bello camino, mientras el cielo se ensombrece y retumba algún lejano tronar. Al cabo de pocos minutos alcanzaremos un pared medianera en la que se abre un portillo. Las marcas circulares prosiguen más allá, pero nos conducirían a conectar con el tradicional
Camino de Sa Costera. No hemos de superar el portillo, para seguir un pequeño camino a la derecha, marcado con hitos que, picando ligeramente, nos conduce en primera instancia a unas pequeñas dependencias sin techo, con dos cámaras separadas para hombre y bestias. Dejándolas a la derecha, subimos por un comellar hasta alcanzar otra nueva pared con portillo, superado el cual tenemos a la derecha la
Torre des Forat, nuestro último objetivo. Muy dañada en la actualidad, defendía Cala Tuent de los ataques corsarios y fue construida a principios del siglo XVII, siendo sufragada por algunos de los propietarios de las fincas que contaba con defender. Algunos valientes se atreven a encaramarse a su inestable plataforma superior, mientras tenemos ocasión de contemplar como la lluvia se abate sobre el mar, acercándose lentamente a la costa. A pesar de que la luz se va desvaneciendo poco a poco, tenemos ocasión de apreciar lo que poco después definirá JMallorqui como el “milagro del atardecer”. Una luz especial, apagada e intensa a la vez, con un punto de gris melancolía, que produce algunas de las mejores imágenes de la jornada. Tras echar un vistazo a los acantilados sobre los que se asienta inestable la torre, y examinar las posibilidades de un ataque a
S’Ugró des Forat, acariciando un par de interesantes posibilidades para acceder a
Cala Fotuda, justo detrás de
Punta Prima, nos apresuramos en el retorno. La lluvia hace acto de presencia y el distante sonido de los truenos se convierte en descargas cercanas y continuas. La montaña de Montcaire nos despide con una impresionante capa de nubes que poco después nos alcanza y envuelve, mientras retornamos a la ciudad.
Algunas imagenes más en
http://s137.photobucket.com/albums/q235/fjsn/20081018GorgdesDiners/Hora Inicio = 9:30 Hora Final = 14:10 (mas 1 hora para visita Torre)
Referencias
Mascaro-Pasarius, láminas 4
Mapa Alpina Tramontana N
Mallorca Vora Mar, Germans Sastre, Cap. 21 y 22.
20 Itineraris Alternatius, I i II per la Serra de Tramuntana, Lluis Vallcaneras
Les Fonts del Terme de Lluc, Pare Bartomeu Roig
Notas
(1) Según el Padre Bartomeu Roig, la palabra “balma” significa cueva, cavidad, gruta, … y el prefijo “Su” indicaría, bajo o debajo, por lo que Font Subauma significaría Font baix o devall la balma.
(2) ¿Alguien podría decirme como se llama esta fuente?
Agradecimientos, para Trepador y, sobre todo TOMB RAIDER. Ha sido un placer compartir contigo un trozo de esta jornada.