Después de tanta avalancha (fotográfica) de nieve, tocaba otra cosa y ayer tuvimos la suerte de hacer una excursión de las “buenas” y además y –especialmente- por qué fuimos por un “terreno nuevo”, que creo -y ya lo diréis- casi nadie lo ha pisado.
El objetivo era subir al “Musclo des Llorers”, en cuya cima (rozando los 400 metros) de altura, habíamos estado Joan y yo hace 3 años, un lugar que recordábamos con agrado por las estupendas vistas y por lo “peleón” que es el terreno para llegar a ese punto. Allí el acantilado sobre el mar es “impresionante”, está casi el doble que la altura de “Sa Pesquera” y en algunos puntos es muy vertical.
La ruta de aproximación fue desde la casas de Mortitx hasta el “Gorg des Bec d’Oca” por el torrente. Luego, tras recuperar fuerzas mediante la correspondiente “mossegada”, iniciamos propiamente la excursión. Si bien la idea inicial era comenzar a subir la “coma de ses Truges” para salirnos en un punto determinado, donde existe un pequeño rotlo y desviarnos a la derecha para cruzar el cárstico en un punto que hemos llegado a llamar “la Catedral”, a sugerencia del Senyor de Sa Torre, iniciamos la subida desde la misma base, junto al torrente, en el campo base, digamos, de los que hacen el torrente. Allí, en subida directa a través del cárstico, iniciamos la ruta hacia el “musclo”.
Increíblemente, donde el cárstico parece como un “mar pétreo, embravecido y fraguado en un instante”, aparecieron restos de camino (piedras bien colocadas). Poco a poco, buscando siempre la línea del acantilado, fuimos subiendo. Sorprendentemente, el terreno se hizo más cómodo, de tal forma que nos permitió ir subiendo con bastante facilidad (¡¡), a una cierta distancia del acantilado, aunque siempre presente, hasta la zona más alta del “musclo”. Las vistas fueron haciéndose más y más espectaculares, también el tiempo se puso soleado, hacía un poco de calor. Desde luego, el paisaje en este punto es “impresionante” por la gran verticalidad; de hecho, algunos argumentaron y defendieron teorías contra la Ley de Newton.
Las grandes montañas de interior no pueden competir contra la belleza de este mar azul, visto desde 400 metros de altura; si a esto le añades las formas y colores de las rocas, el ecosistema del penyal (la fauna y las plantas tienen ciertos rasgos distintivos, por ser lugares tan inaccesibles) ... en fin.
Al final fuimos hasta el lugar donde se inicia el paso al “cingle des pi”, y ya, siendo las 4 de la tarde, fuimos buscando la explanada de “ses basses de Mortitx”, para regresar por la pista, bien satisfechos por la jornada.
El objetivo era subir al “Musclo des Llorers”, en cuya cima (rozando los 400 metros) de altura, habíamos estado Joan y yo hace 3 años, un lugar que recordábamos con agrado por las estupendas vistas y por lo “peleón” que es el terreno para llegar a ese punto. Allí el acantilado sobre el mar es “impresionante”, está casi el doble que la altura de “Sa Pesquera” y en algunos puntos es muy vertical.
La ruta de aproximación fue desde la casas de Mortitx hasta el “Gorg des Bec d’Oca” por el torrente. Luego, tras recuperar fuerzas mediante la correspondiente “mossegada”, iniciamos propiamente la excursión. Si bien la idea inicial era comenzar a subir la “coma de ses Truges” para salirnos en un punto determinado, donde existe un pequeño rotlo y desviarnos a la derecha para cruzar el cárstico en un punto que hemos llegado a llamar “la Catedral”, a sugerencia del Senyor de Sa Torre, iniciamos la subida desde la misma base, junto al torrente, en el campo base, digamos, de los que hacen el torrente. Allí, en subida directa a través del cárstico, iniciamos la ruta hacia el “musclo”.
Increíblemente, donde el cárstico parece como un “mar pétreo, embravecido y fraguado en un instante”, aparecieron restos de camino (piedras bien colocadas). Poco a poco, buscando siempre la línea del acantilado, fuimos subiendo. Sorprendentemente, el terreno se hizo más cómodo, de tal forma que nos permitió ir subiendo con bastante facilidad (¡¡), a una cierta distancia del acantilado, aunque siempre presente, hasta la zona más alta del “musclo”. Las vistas fueron haciéndose más y más espectaculares, también el tiempo se puso soleado, hacía un poco de calor. Desde luego, el paisaje en este punto es “impresionante” por la gran verticalidad; de hecho, algunos argumentaron y defendieron teorías contra la Ley de Newton.
Las grandes montañas de interior no pueden competir contra la belleza de este mar azul, visto desde 400 metros de altura; si a esto le añades las formas y colores de las rocas, el ecosistema del penyal (la fauna y las plantas tienen ciertos rasgos distintivos, por ser lugares tan inaccesibles) ... en fin.
Al final fuimos hasta el lugar donde se inicia el paso al “cingle des pi”, y ya, siendo las 4 de la tarde, fuimos buscando la explanada de “ses basses de Mortitx”, para regresar por la pista, bien satisfechos por la jornada.
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