Entrevista Toni Sinever al DM del 02-10-2011

Antoni ´Indiana´ Pons

´Caminé 20 días con un pulgar medio amputado en la Patagonia´

Policía y aventurero. Su nombre es Antoni Pons; los que le conocen le llaman ´Indiana´ Pons porque, al igual que el personaje de la película en busca del arca perdida, ha estado en casi todo el globo terrestre embarcado en las más extraordinarias aventuras.


Antoni Pons, ´Indiana´, en un ascenso a Ferrata Regina (Pirineos).

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La próxima aventura será en el Trou de fer, el barranco más peligroso del mundo.
Part Forana PEP CÓRCOLES. SINEU ­Anda de forma resuelta y tiene en el rostro la serenidad de aquel que se ha enfrentado a la muerte y ha salido airoso. Cada año planifica desde su domicilio de Sineu dos o tres viajes en busca de nuevas experiencias y asegura que no concibe la vida sin la aventura.



—¿Cómo se define?

—Soy policía y aventurero. No renuncio a ninguna de mis dos vocaciones. Ser policía tiene un componente de aventura. A veces el subidón de adrenalina en un servicio policial es mucho mayor que en una escalada.

—¿Desde cuándo vive para la aventura?

—Desde los 14 años. Comencé a hacer excursionismo, luego escalada, barranquismo, montañismo, alpinismo, piragüismo... He sido durante 17 años monitor de tiempo libre, presidente del centro excursionista de Mallorca, monitor de la escuela de montaña y formo parte de la Unidad de Intervención de la Policía de Inca.

—¿Y cada año organiza alguna aventura?

—Alguna no, dos o tres. Sale caro, pero no tengo otro vicio. Gracias a ello puedo decir que he conocido más de 30 países y casi todos los continentes. En la Antártida no he estado por cuestión de días. Mi asignatura pendiente es Australia, pero ya caerá.

—¿Cómo se compagina eso con la familia?

—Teniendo una esposa que es un encanto y muy comprensiva. En alguna ocasión incluso me ha acompañado.

—Para usted hacer sa Fosca o el torrente de Pareis debe ser como salir al corral de casa

—Sa Fosca la he hecho más de 200 veces y en solitario unas 20. El torrente de Pareis lo hago en tres horas. Ahora los recorro como entrenamiento.

—¿Cuál fue su primera salida?

—En 1971, con el ya fallecido Pep Bisbal de Inca. Escalamos en los Pirineos franceses. Recuerdo que entonces llevábamos la mochila grande y la cartera pequeña. Ahora procuro llevarlas a la par.

—¿Qué rincón del mundo le ha impresionado más?

—Madagascar; es aún un lugar virgen. Es África profunda. Significa volver atrás en el tiempo y ver como vive la gente en estado primitivo. Lo conocí bien porque en Madagascar recorrí 1.000 kilómetros en bicicleta.

—¿Y si pinchaba?

—Éramos varios y llevábamos algunos repuestos. Recuerdo que había tribus que nos tomaban por extraterrestres. Una llegada nuestra a un poblado significaba una fiesta querían ver lo que llevábamos y se maravillaban por cualquier artilugio como por ejemplo una linterna o un mechero.

—¿Dónde le gustaría perderse?

—Como excursionista, un lugar ideal es el collado Marconi, en el campo de hielo del sur de Patagonia. Es todo un reto. Como lugar idílico para perderse y vivir a cuerpo de rey, la isla Xiloe, en Chile. Es la imagen idílica de una isla del pacífico sur; un paraíso de palmeras, pesca, sol, playa...

—¿Alguna vez se ha visto en aprietos?

—Ya lo creo. En Egipto pasé miedo. Éramos un grupo y nos metimos en un barrio integrista. No tuvimos problemas porque aplicamos la máxima de ´donde fueres haz lo que vieres´. En Irán nos ocurrió lo mismo. Tuvimos que andar con pies de plomo puesto que la gente se ofende con facilidad en esos lugares.

—¿Ha visto a la muerte de cara?

—Una decena de veces. En cierta ocasión, escalando aquí, en Mallorca, sentí que me caía de una pared y en esa sensación tuve una visión. Se me aparecieron mis hijos mientras notaba que era el fin. Por fortuna algo se me puso al alcance y pude agarrarme. Hace dos años, en Isla Reunión (Océano Índico), quedé atrapado bajo una cascada y no podía salir. La angustia es grande pero hay que mantener la calma o estás perdido. También logré salir, evidentemente

—¿Siempre ha salido felizmente de los apuros?

—Personalmente sí, pero en 1993 me llevé un gran golpe. Perdí a dos compañeros en el Karakórum. (Importante cordillera situada al norte de Pakistán y la India). Ese día salvé la vida porque no me tocaba a mi ascender al Diram Peak. Se produjo un accidente de alta montaña y mis dos compañeros mallorquines fallecieron.

—¿Ha sufrido heridas?

—En la Patagonia andé durante 20 días con un dedo medio amputado por un machete. Me corté el tendón y se me quedó el dedo pulgar de la mano izquierda totalmente inutilizado. Tuve que recorrer una gran distancia en busca de auxilio y no pude operarme hasta que llegué a Mallorca.

—¿Qué se siente al estar en algún sitio donde nadie o casi nadie ha puesto los pies?

—No se puede describir. En las islas de Cabo Verde estuve abriendo rutas a través de barrancos y torrentes que nunca habían sido remontados. Me acompañaban varios amigos de Mallorca y bautizamos con nombres de aquí algunos accidentes geográficos. Hay una pequeña meseta en un torrente que ya figura en los mapas con el nombre de Plaza Mallorca y un salto de agua que se llama Indiana Pons

—¿No le molesta que le llamen ´Indiana´ Pons?

—No, me hace gracia.

—¿Y ha recibido algún reconocimiento?

—Bueno, tengo una placa al mérito policial de la ciudad de Inca por salvar la vida a una persona gracias a mis conocimientos de escalada.

—¿Cómo fue?

—En un edificio de la calle Miquel Durán una persona, un sacerdote, sufrió una embolia y quedó inconsciente. Su casa tenía una puerta blindada y era imposible derribarla. Llevaba mi arnés y cuerdas en el coche y las cogí me descolgué por la fachada desde la azotea. Entré rompiendo una ventana. Desde dentro ya pude permitir el acceso a los servicios médicos. Si hubiéramos tardado más el enfermo tenía muchas probabilidades de fallecer.

—¿Sabría vivir sin correr aventuras?

—No concibo la vida sin la aventura. Soy un explorador, no sé vivir de recuerdos; vivo para hacer recuerdos.