Acabo de llegar del Pallars Sobirà (Pirineos). He recorrido unos 75 km en 5 días, con alturas de entre 1.000 y 2.500 (pasando de 2.300 metros hay bastante nieve y no era el objetivo, también es notable que por debajo de esta cota no hay rastro de nieve, lo cual no es del todo normal en diciembre).
Debo decir que diciembre no es una buena época para hacer senderismo en el Pirineo, especialmente para filmar “paisaje natural”, pues está muy apagado, aunque la belleza de la nieve en las cimas lo compensa en parte.
VALL DÀNEU-BONAIGUA: Subimos al refugio “Mataró” (2.460 metros) que está encima del estany (laguna) “Gerber”, en una ruta que nos podría llevar al refugio de “Saboredo”, entrando en el Parque Nacional de Aigües Tortes y Llac de Sant Maurici (lugar excelente de Pirineos). Todos los pequeños lagos que vamos encontrando están cubiertos de una gruesa capa de hielo. Mucha nieve allí arriba en el refugio metálico.
Otro día también hicimos un recorrido circular por diversos pueblos abandonados situados sobre el pantano de la Guingueta d’Àneu (Vall d’Àneu), donde encontramos e intentamos conversar con un personaje digno de novela (quizás de terror), una especie de vagabundo de montaña, que vive en un pueblo en ruinas, viste con harapos y sus ovejas y cabras. Es agresivo y es un “problema” para los habitantes de la zona.
VALL FERRERA: En la zona de Vall Ferrera he recorrido los bosques de “Virós y Buiró”, los cuales son un auténtico patrimonio forestal. Por indicaciones, regresando de Buiró, entré en el “barranc de Buscallado”. Al finalizar la pista, se convierte en camino y éste se pierde bajando hacia el río que recorre el barranco. Al cruzar dicho río en pleno bosque y buscando unas “bordas” perdí el camino. Para llegar a ellas tuve que “trepar” en plan ‘rambo’, pues no sabía como salir de ese lugar tenebroso y volver atrás era también complicado. Y eran las 4,50 horas, poniéndose el sol. Tras llegar a la borda más alta, en ruina total y rodeada de vegetación tipo zarza, tuve que encontrar el sendero que recorre el barranco, el cual no era evidente. Muy nervioso estuve allí (iba sólo). Pero finalmente, el camino se hizo más evidente. Una belleza de camino, con pizarras volada sobre el barranco. Y el crepúsculo tras de mi, pisándome los talones.
Otro “racó” es la zona de “bordas de Boixedo”, lugares muy poco concurridos, donde la naturaleza es “intensa”. De hecho, la Vall Ferrera, muy poco poblada y casi nada turística, salvo la ruta veraniega a la Pica d’Estats, conserva la esencia auténtica de la montaña del Pallars.
VALL DÀSSUA: También hice un recorrido bastante completo por la Vall d’Àssua, a los pies del pico Montsent de Pallars (2.883 metros). Cada valle tiene su montaña emblemática. En este valle se han inspirado tres novelas catalanas, cerca de Sort.
Un saludo a todos.
Debo decir que diciembre no es una buena época para hacer senderismo en el Pirineo, especialmente para filmar “paisaje natural”, pues está muy apagado, aunque la belleza de la nieve en las cimas lo compensa en parte.
VALL DÀNEU-BONAIGUA: Subimos al refugio “Mataró” (2.460 metros) que está encima del estany (laguna) “Gerber”, en una ruta que nos podría llevar al refugio de “Saboredo”, entrando en el Parque Nacional de Aigües Tortes y Llac de Sant Maurici (lugar excelente de Pirineos). Todos los pequeños lagos que vamos encontrando están cubiertos de una gruesa capa de hielo. Mucha nieve allí arriba en el refugio metálico.
Otro día también hicimos un recorrido circular por diversos pueblos abandonados situados sobre el pantano de la Guingueta d’Àneu (Vall d’Àneu), donde encontramos e intentamos conversar con un personaje digno de novela (quizás de terror), una especie de vagabundo de montaña, que vive en un pueblo en ruinas, viste con harapos y sus ovejas y cabras. Es agresivo y es un “problema” para los habitantes de la zona.
VALL FERRERA: En la zona de Vall Ferrera he recorrido los bosques de “Virós y Buiró”, los cuales son un auténtico patrimonio forestal. Por indicaciones, regresando de Buiró, entré en el “barranc de Buscallado”. Al finalizar la pista, se convierte en camino y éste se pierde bajando hacia el río que recorre el barranco. Al cruzar dicho río en pleno bosque y buscando unas “bordas” perdí el camino. Para llegar a ellas tuve que “trepar” en plan ‘rambo’, pues no sabía como salir de ese lugar tenebroso y volver atrás era también complicado. Y eran las 4,50 horas, poniéndose el sol. Tras llegar a la borda más alta, en ruina total y rodeada de vegetación tipo zarza, tuve que encontrar el sendero que recorre el barranco, el cual no era evidente. Muy nervioso estuve allí (iba sólo). Pero finalmente, el camino se hizo más evidente. Una belleza de camino, con pizarras volada sobre el barranco. Y el crepúsculo tras de mi, pisándome los talones.
Otro “racó” es la zona de “bordas de Boixedo”, lugares muy poco concurridos, donde la naturaleza es “intensa”. De hecho, la Vall Ferrera, muy poco poblada y casi nada turística, salvo la ruta veraniega a la Pica d’Estats, conserva la esencia auténtica de la montaña del Pallars.
VALL DÀSSUA: También hice un recorrido bastante completo por la Vall d’Àssua, a los pies del pico Montsent de Pallars (2.883 metros). Cada valle tiene su montaña emblemática. En este valle se han inspirado tres novelas catalanas, cerca de Sort.
Un saludo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario