domingo, 10 de febrero de 2013
Galileu, Serra des Teixos y medallas.
Se preveían temperaturas gélidas pero sin precipitaciones, lástima, este año aún nos hemos quedado con las ganas de nieve. Guapetón nos propone buscar un paso para subir al Galileu por la cara norte del que ha tenido noticia en la web de Socay. Sus deseos son órdenes, ¡no hay opción! Comenzamos la subida con unas vagas referencias de memoria y en seguida que podemos, empezamos a equivocarnos, ¡no tenemos todo el día! Tras una empinadísima rosseguera, acabamos en una encajonada canal, tan vertical que los primeros exclamaban: "¡por aquí no parece imposible!", y los últimos pensaban "ja hi tornam esser! ronya per gratar..."
Unos empiezan a subir antes de que los otros puedan sopesar la posiblidad de no hacerlo, y otros buscan alternativas mejores, que al final son peores aún. Un raconer nunca retrocede. Normalmente, porque se ha enmerdado tanto que no es capaz! La suerte nos sigue acompañando, ninguna piedra nos alcanza, y un destacamento sube por una canal "fácil", aunque algún tramo se salva con una cuerda para decorar. Solo los tres rezagados -hábil maniobra que se realiza cuando no se ve claro el buen término de las exploraciones, y que evita subir para luego bajar- tienen el respeto de seguir al Senyor de Sa Torre, que se desgañitaba afirmando que se equivocaban todos y que él veía una canal mejor. Avanzamos al ritmo de sus expresiones de auto-ánimo ( "es por aquí, seguro peró!" "esto es un antiguo camino" "por aquí pasan las cabras" "esto tiene que pegar a una canal" "por allí se habrán enmerdado"), y mirando para arriba en pos de alguna canal practicable. Algo más arriba establecemos contacto visual (otra manera de decir "vemos", dedicada a nuestro cronista habitual) con nuestros presuntos compañeros, que se hallaban en una canal a nuestros ojos vertical, a nuestra misma altitud.
Seguimos sin ganar ni perder altura por senderillos de cabra y agarrándonos a las encinas bordeando la pared y explorando las sucesivas canales hasta que damos con una que tenía posibilidades. Falsa alarma, subimos y bajamos. Seguimos en horizontal hasta que el Senyor de Sa Torre cree reconocer una canal por la que subimos hace años y que nos da un soplo de esperanza que nos despeina a todos. Comenzamos a ascender sin ver ninguna fita, pero con claros rastros de tráfico humano en el color de la roca (claros a nuestros ojos expertos). Tan claros que ya nos veíamos arriba. Y así era. El paso se iba aclarando y se convertía en una elegante e improbable balconada que nos dejaba en la cresta del Galileu. Una llamada de Guapetón nos indica que nos esperan en la cima, a la que llegamos en poco tiempo, y donde encontramos una manifestación contra los recortes. Medalla de oro para el senyor de la pipa, ya que la canal que localizamos era la que buscaba Guapetón.
Momento de decisiones, la opción ganadora es la de crestear y bajar hasta el Coll des Telègraf para explorar una posible subida a la Serra des Teixos. Pmmp nos deja a su pesar para ir a ver una rueta más profesional que la nuestra. ¡Cómo nos acordamos de él cuando empiezan a caer los primeros copos de nieve, que parecía que estaban esperando a que se marchara!
Una vez más, triunfa el instinto raconer y la canal elegida es factible, y los copos que no se acaban empiezan a caer con gran intensidad, al tiempo que la temperatura se hace más agradable al parar el gélido viento. Al poco tiempo un manto blanco lo cubre todo y el ambiente se torna invernal con poca visiblilidad. ¡Vaya con los mentirólogos! Menos mal que un raconer está preparado para todo. Y los demás vamos mejorando.
Al alcanzar la cresta, los de pantalones marrones la encuentran demasiado arriesgada e intentan rodearla sin mucho éxito, al final todos avanzamos por ella hasta el coll de Prat, entre congelaciones dactilares y reparto de medallas. Se acercaba la hora de comer y en nuestras mentes se dibujaba una balma conocida y ya utilizada como refugio en otros días de nieve, que se encuentra sobre las cases de neu del coll des Prat. Allí nos calentamos, comemos, bebemos todo tipo de brebajes de todas las temperaturas y graduaciones y nos reímos como siempre, con el decorado de cuento de navidad de los copos cayendo y cubriéndolo todo. ¡Lástima que no estuviera nuestro cronista oficial para escribir algo bonito con esos ingredientes!
Siguiente objetivo: jejeje, los valientes escaladores de la mañana quieren que los cobardes les enseñen su descubrimiento. Bueno, habrá que pensarlo, pero la medalla tendrá que ser más grande, y habrá que dar un poco más de cera.
Al final partimos de nuevo hacia el Galileu y bajamos hacia "nuestro" paso. Cuesta un poco ubicar la canal, debido a la nieve acumulada, pero damos con ella sin vanagloriarnos excesivamente y comenzamos un prudente descenso. Durante la travesía no recuerdo ninguna escena de pánico controlado. Llegados al encinar, descendemos utilizando la técnica conocida como "a saco Paco", que inmediatamente consigue que nos sobre ropa. Llegamos hasta el punto de partida sin ningún otro particular que merezca reseñarse. Hay que reconocer que esta última frase queda bien.
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3 comentarios:
Muy buena crónica, Pw. Quédate la medalla de “cronista suplente”.
Excelente jornada, buen ambiente, parece que “nevó para nosotros”.
Crònica genial . Me he reido con ganas !!
Gracies pel vostre suport.
PROU RETALLADES ALS PARCS NATURALS
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