domingo, 17 de febrero de 2013

¡Al Paredón!

 El paredón del pa de Figa, listo para la ejecución.

 Este tramo nos lo aprendimos de memoria. 

Buscando a los otros. Separación con la monja de fondo.

 El paso Z y los fertilizantes.

 Más fertilizantes para nuestros endemismos y restos de nieve en Sa Coma Fosca. Restos de casa de neu sepultados por restos de cumbre de cuando se construyó la base.

Cumbre, que no se diga.

El Puig de Ses Vinyes y su cresta.

 Un Coyote enmarronado, celebrando su cumpleaños

Los demás invitados a la fiesta.

 Reir por no llorar :-D

La jornada se iniciaba con una división amistosa: los de las cuerdas pensaban descender en rappel todo el paredón del Pa de Figa del Puig Major de Son Torrella. Los normales decidimos hacer alguna excursión por la zona que nos permitiera ver el espectáculo.
Empezamos por la base militar y nos encaminamos hacia el Pa de Figa, con la intención de subir por el lado izquierdo, por un paso conocido por algunos y buscado sin éxito en otra ocasión por otros. Lo encontramos sin problemas y merendamos al pie del paredón. Subida sin nada que reseñar hasta la cumbre del Pa de Figa donde pensábamos ya encontrar a nuestros compañeros más deportivos. Ni rastro. Nos asomamos a ver si encontrábamos reuniones, cuerdas o algo, pero nada. Ellos mismos nos explicarán en su crónica por dónde subieron, y por qué tardaron más que unos reputados inútiles y algunos nuevos.
Aquí se produce una nueva separación. Algunos decidimos buscar el paso X, el Y o el Z, alguno que nos sirva para alcanzar la cumbre del Puig Major, ya que estamos por allí. Otros prefieren regresar más pronto. Encontramos un paso fitado y subimos por ahí. Hay restos de nieve. Entonces vemos aparecer en el coll de sa Monja Prima, que se quedó allí de piedra para contemplar eternamente s'Agulla des Frare, a JMitch encabezando el grupo de las cuerdas. Nos informan de que estamos en el paso Z, gracias. El paso no es difícil, pero impresiona, tiene un tramo expuesto en el que han colocado una cuerda que da confianza. A partir de ahí ascendemos hacia la cumbre de la Serra de Na Rius esquivando la basura de la base del radar. Supongo que tuvieron que tirar todos esos escombros encima de las plantas endémicas por no hacer el penoso trabajo de bajarlos por la carretera, o para que no las pisara ningún excursionista, y que lo han declarado zona de exclusión para evitarnos el espectáculo. O por ventura es un tratamiento fertilizante a base de óxido de hierro, quién sabe. Por lo visto, el aluminio, el cristal y el cemento tienen también efectos beneficiosos para nuestros endemismos.
Al llegar a la cumbre, una densa niebla nos envuelve, y nos convence de que no podremos bajar por donde pensábamos, un paso de difícil orientación que todavía no sabemos si existe realmente, o era una leyenda inventada por Quitadeahí, gran conocedora de la zona muy a pesar suyo. Habrá que comprobarlo otro día. Por si acaso escampa, comemos ahí arriba, pero por más que comemos, aquello no cambia, así que por una vez y sin que sirva de precedente, el sentido común comanda, y decidimos bajar por la carretera. Aún queda la posibilidad de enfilar la cresta del Penyal des Migdia si escampara. Pero no. "Menudas excursiones" pensaban los nuevos, que casi habían pisado más asfalto que terreno raconer...
En fin, al menos Milano nos descubre un rincón en el que hay una placa colocada en memoria de Tolo Calafat, y un poco más arriba una mare de Deu.
Cuando ya llegábamos casi al punto donde se inició la excursión, volvemos a mirar hacia el paredón, a ver si vemos algo... ¡sí! la aguda vista de Quitadeahí descubre los discretos pantalones rojos de Coyote en mitad del paredón, y como lanzados por un resorte, partimos de nuevo reandando el camino de la mañana para verlos más de cerca. Entonces es cuando los nuevos descubren el espíritu raconer. ¡Siempre encontramos algo más que hacer antes de volver a los coches! Unos ya se daban por satisfechos con lo que habíamos caminado, otros no habíamos empezado el calentamiento.
Llegamos otra vez a la base del paredón e intentamos buscar una postura cómoda apoyados en algún carrizo para no destruir nuestras cervicales observando las maniobras de los de las cuerdas, evitando la vertical directa con ellos por si se desprendía algo. Aquello parecía que iba para largo y nos pusimos a comer otra vez. Era sospechoso no escuchar las voces de Pmmmp, Trepador ni JMitch, y aunque Coyote, que bajaba el primero estaba de broma como siempre, pensamos que algo no iba bien.
El frío y el cansancio empezaba a hacer mella en algunos de nosotros. Los que estaban colgados, poco podían hacer, pero de los que estábamos abajo, algunos decidieron regresar, ya les había bastado, y no había problemas de orientación con la carretera allí.
Otros nos quedamos, con la impresión de que por ahí arriba no había tanta diversión como de costumbre.
En efecto, la progresión era demasiado lenta, llevábamos casi dos horas allí abajo, y la corneta de la base militar había entonado ya el toque de retreta.
Xungo avisa a Coyote: "¡problemas!". Y si lo dice Xungo, ¡son problemas de verdad!
Al final llegan todos abajo sanos y salvos, pero con mucha alegría de poner los pies en el suelo, las reservas de adrenalina vacías, mucho frío, y muchos nervios, y agotados física y mentalmente.
Esperamos su crónica de primera mano, pero ya adelantamos que hubo "ronya per gratar" de primera categoría hasta quedarse sin uñas.
Un rápido descenso hacia los coches ya de noche, y unas bebidas reponedoras en el Coll de sa Bataia para celebrar todo lo que había que celebrar. Que no era poco.


2 comentarios:

pmmp dijo...

De pujada ja hi va haver un "aperitiu de ronya". Per això tardarem tant en pujar.

milano dijo...

¡ No veas para bajar !