sábado, 7 de abril de 2007

COMA NEGRA - SÓLLER




El valle de Sóller tiene infinitas posibilidades e infinitos rincones para los amantes del senderismo; en abril también tiene infinitos lugares para dejarse seducir por la belleza de la primavera, alegrada de agua por doquier debida a las recientes lluvias y vegetación agradecida. Todo un espectáculo de armonía natural para nuestros sentidos.

Nuestro inicio, sin el líder de los últimos tiempos, pero con el liderazgo del recuperado adalid mayor de todos los tiempos, llámese también “locomotora cuesta arriba”, fue muy incierto, como luego se verá. Se aceptó la propuesta del Señor de Sa Torre, que consistía en subir por la Coma Negra hasta las inmediaciones de Serra de Alfàbia, para regresar por el camí de Ses Tres Creus, aunque luego todo se complicó.

El punto de inicio correcto era, teóricamente, más o menos desde la font de’n Joi; es decir, desde la salida del túnel, unos 2 km., a la derecha; frente al Pujol de’n Banya, y a un km pasada la font d’en Redó (la que bajando, está a la izquierda de la carretera, con una canal de agua muy visible que baja en pendiente).

La incertidumbre inicial nos condujo de entrada al camino equivocado, pero pudo ser corregido en media hora tras transitar “como pedro por su casa” por varios bancales dotados de pequeñas casitas, llamadas “porxos” (en Sóller crec que li diuen així), que tienen un poco de todo, hasta llegar enlazar con el camino correcto, que pronto nos llevaría a la Coma Negra, llegando a su parte superior alrededor de las 12,45 horas.

Allí el grupo se separó, regresando por el mismo lugar 4 compañeros, siguiendo los 7 restantes. Quedaba mucho por hacer aún.

Por la zona alta, plana, monótona, austera y pedregosa, bajo las antenas de la Serra de Alfàbia, pasamos por la casa de “Sa Serra” y la "font des Polls" y luego, dejando la pista principal, por otra secundaria, dirección norte, nos fuimos acercando a las tierras del Señor de s’Arrom, quien parece que tiene un primo fabricante de rejillas, pues sus tierras están rodeadas por unas vallas tipo “campo de concentración”, que impiden a los amantes de la Naturaleza transitar libremente. Ya sabemos que, tal y como nos contó personal y amablemente en su casa, meses atrás, los justos pagan por pecadores, pues hay gente poco civilizada que le han hecho daños en multitud de ocasiones y finalmente se ha visto abocado a tener que cercar completamente su finca. Ahora el trato es que deja pasar si previamente le pides la llave y, quizás, si le dices que “eres de Hacienda ...”, en fin, todo una pura comedia.

Sin embargo, cuando estábamos sentados en una especie de “balconada” privilegiada, con un corte de no menos de 50 metros a nuestros pies, devorando como cabras nuestros bocatas y nueces raras, meditando por dónde bajaríamos e intentando animar al Sr. de Sa Torre, que estaba sufriendo un vía crucis por no habernos conducido tal y como se esperaba, temiendo ser represaliado por el líder ausente, y estando a la vista la casa de s’Arrom, fuimos descubiertos por el Sr. Gori Puigserver (el Sr. de s’Arrom). Suponemos que no divisó al Sr. de Hacienda, quizás le llamó la atención el anorac rojo de Miquel (si supiera que era “poli”, de los de verdad, de los que ponen multas, quizás no …), el caso es que se oyeron voces de “fora, fora”, y de pronto, atónitos vimos a un Seat 600, con dos individuos dentro que, enfilando a toda máquina la pista hacia arriba, venían a nuestro encuentro, seguidos por dos grandes perros (no exagero). La broma se tornó en algo más serio y decidimos abandonar rápidamente el lugar y dejar el postre, las nueces y el café con ron más tarde.

Por fin, a salvo, fuera de las tierras del Sr. de s’Arrom, tras cruzar la gran barrera metálica que las delimitan, sentimos el alivio como cuando pasas de “de la franja de Gaza a Israel”, o viceversa, con la cola entre las piernes y la moral por los suelos, decidimos seguir a una pareja de ingleses que con un mapa de esos que regalan en el rent a car (Sóller a escala 1.30.000.000) habían logrado subir desde Sóller por el camí de ses Tres Creus, sin tantos problemas como nosotros.

Luego y tras pasar por la cima del “Castellot (733 metros) ya todo fue un camino de rosas. Algunos decidieron bajar hablando y hablando, de la vida en general supongo, otros de viajes futuros e inciertos. Yo decidí encerrarme en mis pensamientos, contemplar los detalles del camino y pensar en cómo explicaría la excursión de hoy.

Al final, un premio: La font de s’Olla y sus proximidades. Tuve que disimular un poco para que no se me notara tanto la alegría de estar allí.

2 comentarios:

sebastiabarcelo dijo...

Fiuuu! de la que ens varem lliurar, gràcies al cansament de na Lavinia.
Per altra banda, m'hagués agradat rebre l'escomesa del senyor dels cans.
Pel q sé si els cans eren dos, menys que les integrants del grup, i ens manteniem junts, els animals no atacarien.
Enfin bé està el que acaba bé.

Bergant dijo...

Una narració perfecta de la sortida per terres solleriques.
Però ara em sap greu pel senyor de sa Torre perquè el sr. guapeton li demanarà explicacions i llavors acabarà diguent el de sempre: "ES QUE NO SE OS PUEDE DEJAR SOLOS".