Este sábado 21 de septiembre hemos hecho la “última excursión del verano”,
pues oficialmente el domingo ha comenzado el otoño.
Hemos iniciado la ruta en el NU DE SA CORBATA, para dirigirnos al CASTELLOT,
uno de los dos, conocidos popularmente como “SES MAMELLES”. Hemos accedido al
que está más a poniente, cuya altura es de 752 metros. La vista espléndida.
Para los que estuvimos, podemos recordar que en cualquier dirección que
miramos, pudimos divisar las rutas “más raconeras”.
Nuestro siguiente objetivo es llegar al lugar conocido como CINGLE DES NIU
DES VOLTOR, punto extremo ubicado verticalmente sobre el s’ENTREFORC (en el
torrent de Pareis), al cual vamos llegando lentamente, cruzando distintas “dolinas”,
con su vegetación típica. Sorprende en esta zona que la mano del hombre parece
casi nula, al menos aparentemente, pero de “construcció de pedra en sec”, nada
de nada.
Para quien le pueda interesar, estas “dolinas”, relativamente abundantes en
esta zona, son depresiones circulares o elípticas que se producen por
“disolución” de las rocas calcáreas, formando estas cubetas, que si se pudieran
cortar y ver en sección, se verían como EMBUDOS, rellenos de “terra rossa” o
arcillas procedentes de la descalcificación. Destaca y predomina en su vegetación
el BRUC (erica arbórea), con el cual, según nos cuentan, se hacían “pipas de
fumar” con la raíz, que por lo visto es muy dura.
ESCISIÓN: Llegados a las proximidades del CINGLE, hacemos una parada para
replantear la ruta, en cuyo momento se producirá la escisión del grupo. Resulta
que el siguiente objetivo (en el regreso) es bajar por una especie de
“diagonal” por un sendero imaginario, que a base de hacerlo quizás se convierta
en un futuro en sendero real, pero actualmente es un simple "precipicio". Quizás para los que abandonaron no resultara demasiado
interesante dicha “aventura”, pues ciertamente “impresiona”, o simplemente
había mejores planes, lo que confirma que en este grupo la libertad de opción
es uno de sus rasgos principales, dentro de las normas del más exquisito
compañerismo.
A partir de este momento el terreno deviene una pista americana: trepar y
des-trepar. Nos ponemos a prueba, buscando constantes pequeños pasos, todos con
un peligro potencial, pero que con la debida prudencia y “cierta práctica” que
ya tenemos, vamos superando con éxito. Las afiladas rocas y la vegetación
espinosa irán marcando nuestra piel.
Reglamentaria parada para comer, en el colladito junto al precipicio, que
da inicio a la “diagonal” de bajada. Sentados, mejor dicho, hundidos en
“càrritx” abundante, verde y frondoso (tipo sofá), reponemos fuerzas, mientras
vemos las nubes que presagian tímidamente la lluvia, que posteriormente nos
caerá de lleno.
INICIO BAJADA: Aquí el guía (Trepador) toma totalmente las riendas, pues
además de dudas, hay un poco de “CAGUE”. La verticalidad de la bajada
impresiona. Sin embargo, una vez nos metemos en la primera canal (muy vertical,
pero a salvo del vacío) vamos comprobando que la realidad es más algo más “leve”
que lo que presagiaba la vista inicial desde arriba. Poco a poco nos metemos en
los mejores pasos y el càrritx –como casi siempre- resulta providencial.
También las grandes fitas, dejadas por nuestro grupo y creo que reforzadas
posteriormente, nos marcan claramente la ruta. Un pequeño error, nos complica y
obliga a poner cuerdas para salvar unos 10 metros.
La satisfacción personal y de grupo va en aumento. Se crea una atmósfera
casi “épica”, totalmente subjetiva, pero que como tantas cosas de la naturaleza
humana, resultan agradables, aunque cortas y efímeras. Una aspirante a "raconera" ciertamente hoy se ha ganado la camiseta, podemos dar fe de ello: enhorabuena.
Finalmente, llegada al torrent del GORG BLAU y comienza la lluvia, que en
pocos minutos se convierte en un buen chubasco, casi torrencial, llegando al
coche totalmente empapados, pero eufóricos. El verano ha concluido.
También dejo un enlace a la entrada del BLOG en el 2007, cuando fuimos al
PAS DE S’ARGOLLA y al NIU DES VOLTOR, con algunas fotografías espectaculares.
1 comentario:
Es gratificante compartir éstas sensaciones que te brinda la montaña, con personas tan maravillosas como vosotros RACONERS. Os doy las gracias a todos por acogerme en vuestra gran família.
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