LA CORONA

Los pocos asistentes a la cita de este sábado hemos quedado gratamente sorprendidos por el regreso de Ana, nuestra buena compañera y amiga. Sabemos que lo ha pasado muy mal tras su “traspiés en el bancal”, que han sido largos meses de dolor y recuperación. Enhorabuena por tu reincorporación.

La salida de hoy -pocs però ben avinguts- pretendía ser un “escaneo” en una zona que está fuera de todas las rutas de la Serra, una zona que no tiene ni nombres topográficos en los mapas de que disponemos. Para ubicarnos podríamos trazar un triángulo imaginario entre el “pas de sa Roca Llisa”, el “Rafal d’Ariant” y “el Pou de La Malé”, zonas que este grupo conoce bien. En realidad nuestro objetivo era llegar desde “La Malé” hasta el acantilado existente justo sobre la vertical de la “font de La Caleta”, cerca de “la Caleta d’Ariant”, frente a la “Cova de ses Bruixes”. A toda esa zona algunos le llamamos desde hace tiempo “LA CORONA” y seguiremos llamándolo así, a falta de mejor nombre. Lo de la corona viene por la forma que tiene un pico, que nos recordaba a una “corona” y que cada vez que vamos a “La Malé” lo vemos desde lejos.

El inicio, desde las casas de Mortix, sin problemas hasta “el pou de La Malé”, y luego, desde allí, como si fuéramos en dirección al “pas de sa roca llisa”, abandonamos el sendero (si se le puede llamar sendero) y cambiamos la dirección, un poco hacia el suroeste, por un pequeño torrente, dando tumbos por terreno del “malo” (carritx, pendiente hacia abajo, huecos y grandes piedras escondidas), vemos alguna fita y finalmente llegamos a la zona de nuestro objetivo (siendo las 12,30 horas aproximadamente).

El grupo se dividió durante unas 40 minutos, tiempo que “trepador” acompañado de un cámara de vídeo (“correcamins”) subieron al piquito que hemos llamado “La Corona”, no sin antes “trepar a gusto” (lo hemos filmado bien) por un rincón de los que dudo que a nadie se le haya ocurrido pasar en alguna ocasión. Tras la buena panorámica, fotos y vídeos, nos reencontramos con los otros compañeros cerca del acantilado, sobre la vertical de la “font de la Caleta”, que está unos 300 metros más abajo.
Curioso lo que vemos en ese punto, pues existe una enorme y profunda grieta, a modo de “avenc alargado”, de unos 50 metros de profundidad (o muchos más) y unos 200 metros de largo. Se trata, según nos comenta Sebastià, de la rotura literalmente de la montaña. Esta grieta está paralela al acantilado y es como si se fuera a “abrir la montaña”, lo que esperemos que –caso de ocurrir- no nos pille allí, lo cual suponemos que no nos ocurrirá, pues igual faltan varios milenios aún.

Siendo las 13,30 horas, el grupo vuelve a separarse, pues los dos trepadores quieren escanear el acantilado en busca de un posible paso hasta la “font de la Caleta”. Lo cual pronto se comprueba que es imposible, pues estamos ante un gran acantilado. Eso sí, las vistas al “musclo de ses cordes” y a la “cova de ses bruixes”, desde esta insólita posición, es fantástica y bien ha valido la excursión de hoy. Des d’aquí, en Joan i jo recordem aquella curta però intensa i emocionant devallada que férem des del cim del “musclo de ses cordes” fins a la part superior de la cova de “ses bruixes”, just fins al límit, on els nostres caps es reflectien damunt les aigües blaves, 100 metres més abaix (la fotografia inferior és d'aquell dia).

Finalmente, bajamos al “Rafal de Ariant” por la ladera sur de la zona que estamos. Esta bajada contrasta con los acantilados que hemos dejado hace unos momentos, pues es muy factible, está fitada y nos deja directamente en el “Rafal de Ariant”. Dado que no es un camino de rosas, empleamos unos 40 minutos en la bajada.

El “Rafal d’Ariant” está documentado desde el año 1267, vinculado a la “malesa” o “malea” –terre sense conrar-, que perteneció al linaje Esteve en los siglos XIII y XIV. En el mapa de Mascaró Passarius, figura con el nombre de “Es Rafal de Mortitx” y también como “Es Rafal de ses Maleses”. Actualmente el edificio presenta muy mal estado, a pesar de que las paredes se ven en un sólido estado. Tras recoger agua de la “font des rafal”, algunos hacen una pequeña siesta, otros, los recién llegados recuperan fuerzas con sus reglamentarios bocadillos. Son las 15,00 horas y el sol de un invierno en Mallorca calienta dulcemente. Sólo el sonido de algunos pájaros que no vemos, rompe la paz y el silencio de este hermoso lugar.
Siendo las 15,30 horas, tomamos el camino clásico, por “ses Voltes de s’Ullastre”, conocido y más normal para regresar, empleando justo 60 minutos desde el “Rafal d’Ariant” hasta la carretera.

P.D.: Nos acordamos de nuestros compañeros que están estos días haciendo un trecking con nieve por el Parc Nacional de Aigües Tortes.