martes, 14 de agosto de 2007

Día 3 – Rif. G.B. Ferraro – Gabiet




Una mañana fría nos recibe al levantarnos. Tras un copioso desayuno nos enfrentamos a la primera dificultad de la jornada, la ascensión al Colle della Bettaforca. El paisaje es agreste y sólo la visión a nuestras espaldas del Gran Paradiso (¿objetivo para el 2008?) nos da consuelo. El terreno se empina cerca del collado y el frío viento nos obliga a ponernos ropa de abrigo. Al alcanzarlo, ocurre el milagro. A nuestra izquierda se adivina el macizo del Monte Rosa. Ascendemos apresuradamente un poco para mejorar nuestra situación y somos recompensados con una imagen increíble de esta montaña. Para mejorar la vista, se continua por la izquierda por un sendero que permite acceder al Passo di Bettolina (2905 m) punto en el que tomamos un desvío hacia la derecha, siempre acompañados en la distancia por los hielos que descienden de los glaciares en los aledaños de Monte Rosa. Descenso hacia el Valle de Gressoney, para alcanzar el pueblo de Staval (1840 m), donde damos buena cuenta de unas raciones de apfelstrudel y pasta.
Aún nos queda alcanzar Gabiet (2345 m). El camino empieza como una amplia senda que asciende por un hermoso valle recorrido en su fondo por el río Mos. Poco a poco, la senda se convierte en sendero, para acabar como un verdadero camino de cabras a la vez que el desnivel aumenta sensiblemente. Los últimos metros se hacen realmente duros. Poco después alcanzamos el pequeño valle en el que se encuentra el refugio para dar final a una jornada corta en recorrido, excelente en imágenes. Desde la terraza y sentados en unas cómodas tumbonas tenemos el tiempo y la ocasión de contemplar hasta cansarnos el Monte Rosa.

Hora Inicio = 08:00 Hora Final = 16:00

Cota Mínima
: Resy (2066 m) Cota Máxima: Passo di Bettolina (2905 m)

Lo Peor: La inhóspita subida al Colle della Bettaforca.

Lo Mejor: La primera visión del macizo del Monte Rosa, que no nos abandonará en toda la jornada.

Refugio Gabiet
Más bien cabe hablar de pequeño hotel alpino. Habitaciones para cuatro personas, duchas limpias con abundante agua caliente, comida sabrosa servida por un camarero en vajilla con el nombre del refugio, sala de estar con una bien dotada biblioteca … un verdadero lujo.

La Anécdota
Al parar en Staval para comer algo, Guapetón se dirige al camarero para pedirle una porción de Apfelstrudel. Al pedirle que cantidad deseaba, nuestro compañero coloco sus manos para indicar el tamaño al tiempo que reforzaba su petición con el grito de “Tot això ¡¡¡” Sus deseos fueron cumplidos rápida y eficazmente.

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