TRAVESSA DE LA SERRA DE TRAMUNTANA

GR-221 ENTERA - CIENTO SIETE KILÓMETROS: Es difícil describir la experiencia de recorrer toda la Serra de Tramuntana de Mallorca en dos días. Para los que lo hemos logrado, aparte de las molestias físicas que iban en aumento a medida que pasaban las horas y sumábamos kilómetros, ha sido un desafío, mediante el que hemos comprobado nuestros “límites reales”.

Será difícil de olvidar.

Fuimos 13 los que comenzamos esta pequeña aventura; compañeros hechos al momento, que no nos conocíamos (del GEM, de ELS XOTS, s'ALZINA, RACONERS, etc.), a las 5,30 horas en SANT ELM, y fue tan fuerte la arrancada hacia CAN TOMEVI, que el primer compañero abandonó a los 10 minutos.

El ritmo “TIKI-TAKA” se imponía desde el mismo principio. Este ritmo significa “ir forzando el paso; especialmente en las subidas”, de tal forma que salió una media de más 4 kilómetros por hora, media muy elevada (26 horas andando), teniendo en cuenta que el desnivel acumulado fue de casi 5.000 metros. Forzar el paso también significa que “vas acumulando cabreo”, que sólo ves piedras y más piedras, las cuales llegar a aborrecer, sobre todo a medida que las “rodillas” te duelen de verdad. Forzar el paso significa que los más de 200.000 pasos realizados te pueden hacer perder 3 kg (como en mi caso).

No es necesario detallar el recorrido pues simplemente se trata de la GR-221, muy conocida por todos los aficionados al excursionismo en esta Isla, y previsiblemente el único recorrido que los políticos quieren que hagamos (tendrán que habilitar dos carriles, por aquello de la acumulación-concentración de excursionistas).

Tras 14 horas del sábado y recorridos unos 53 km, llegamos todos “tocados” al refugio de Can Boí en Deià. La cena “potente” nos recuperó un poco, pero a las 4,00 ya estábamos en pié y a las 4,30 andando al trote bajo las estrellas.

Pasando Sóller de noche, al ritmo “tiki-taka” subimos el Barranc de Biniaraix, pasamos por Cuber, Font des Prat, Coll des Prat, Galileu y llegada a Lluc a las 13,30 horas. Tras 89 km, ya sólo quedaban unos 18 hasta POLLENÇA, quizás los peores por causa del agotamiento acumulado.

En fin, una gran experiencia, que seguramente no repetiremos y que quizás podamos contar a nuestros nietos. Supongo que –cuando se me pase el dolor de rodillas- iré olvidando lo negativo y quedarán sólo los buenos recuerdos, que sin duda los hubo. Tengo que destacar la joven participante (20 años) del grupo excursionista Els Xots, que parecía una especie de "pluma, que se deslizaba hacia arriba, sobre las rocas, sin aparente esfuerzo y siempre con una sonrisa, la primera siempre y sin quejarse (enhorabona Irene).

Un abrazo a todos.