Neustift, cabecera del valle de Stubai, nos recibe bajo un cielo gris con un sol que lucha por abrirse paso entre las nubes. Nuestros primeros pasos nos dirigen hacia la estación del funicular de ELFER, que nos situara en una cota de 1812 metros, con una vista privilegiada sobre gran parte del recorrido que nos espera en las próximas jornadas. Al lado de la estación Terminal se abre un prado esmeralda que se utiliza como punto de despegue para los practicantes del parapente. Embobados, observamos como uno tras otro los atrevidos pilotos se lanzan al valle atados a unas máquinas que no son más que 25 kilos de hilo y telas multicolores. ¡ Para que después digan que los montañeros estamos locos ¡
La senda nos conduce perdiendo altura hacia el valle de Pinnistal. El conjunto de montañas que cierra el valle por nuestra izquierda nos recuerda los recorridos dolomíticos, apareciendo y desapareciendo entre los árboles que forman el frondoso bosque que atravesamos. Pronto avistamos la estructura del Issenanger Hütte (1569 m), en la que enlazamos con la pista que viene del valle, conocida como Camino de la Reflexión por las numerosas capillas con imágenes religiosas que lo jalonan rodeados de bancos que invitan a la admiración de la naturaleza. Un ejemplo se encuontra poco más allá, en la forma de una bella construcción en madera denominada Hubertus Capelle que acoge una clásica imagen del Santo protector de los cazadores acompañado por su inseparable venado.
Nuestros pensamientos se centran en la dura pista que gana altura con rotundidad para conducirnos hacia la llanura de Karalm (1773 m). Ya tenemos frente a nosotros la mole del Habitch (3277 m) que cierra el valle. Abandonamos la pista para salir por un sendero a la izquierda. El grupo se disgrega pronto y cada uno hace su camino a su ritmo. Llegados a una explanada que constituye la parte central de un pequeño circo glaciar, observamos los primeros neveros que yacen a los pies del collado que constituye el siguiente objetivo y que separa la mole del Ilimspitze de la carena del Habitch. Dos grupos compiten por el premio de ser los primeros en alcanzarlo, presagiando la sana competencia de los días que seguirán. El colladito esta presidido por una imagen de la Mare de Deu esculpida en madera, testimonio de la serena devoción existente en estos valles. Un banco nos invita a descansar y admirar las primeras imágenes del Valle de Gschnitz. Al fondo, una cadena montañosa marca la frontera entre Austria e Italia. Desde el collado un camino se dirige a la derecha hacia el Innsbrucker Hutte (2369 m), situado a un escaso centenar de metros, a los pies de la pirámide que constituye el Habitch. En escasas tres horas hemos completado el recorrido. El frugal y tempranero desayuno de la mañana nos invita a inaugurar el refugio tomando las primeras cervezas y degustando algunas unidades de Apfelstrüdel. Unas plomizas nubes cubren la cima del Habitch y nos aconsejan dejan para otra ocasión la ascensión prevista. Las cinco horas y media que se necesitan para superar los 1000 metros de desnivel hasta su cima y la previsión de que el tiempo empeore no lo hacen recomendable. Se produce una desbandada; una parte del grupo se dirige a coronar el Kalkwand a una hora de distancia, otros rodean el Ilimspitze y hay gente para que un tercer grupo admire la rica flora alpina. Los últimos en retornar lo hacen con la primeras gotas de lluvia que anuncian el primer chubasco del viaje. El refugio nos acoge con agua caliente, calefacción y comida contundente.
Poco antes de ir a dormir, tenemos el primer contacto con Sean y Robyn, procedentes del gran país que constituye la mayor isla del mundo, Australia. Su carácter abierto, encantador, hacen que pronto congeniemos. Al fin y al cabo, no dejamos de ser todos isleños en tierra extranjera.
Hora Inicio = 09:30 Hora Final = 12:45
Lo Peor: La visión de los bosques desbrozados para abrir pistas de ski.
Lo Mejor: Las bellas imágenes al contemplar Pinninstal y Gschimitztal a la vez.
La Anécdota
La jornada tiene un final insospechado cuando, tras la cena, El Jefe se atreve con una desvencijada guitarra y empieza a entonar algunas canciones. Una muchacha se nos une en el improvisado concierto para jolgorio del resto de personas. Acabamos destrozando a coro algunas bellas canciones. Nuestra recién adquirida compañera resulta ser una violinista polaca que ha tocado con alguna de las mejores orquestas de su país y que ama con pasión la música de Mozart.
La Historia
Durante muchos años las gentes de Stubai creían que la montaña más alta del Tirol, debido a su destacado perfil sobre la montañas que lo rodean, era la del Habitch y así lo proclamaban con su nombre que significa Halcón en alemán. Desgraciadamente descubrieron más tarde con pesar que el Zuckerhütl era algo más de 200 metros más alto.
Algunas imagenes en
http://s137.photobucket.com/albums/q235/fjsn/20090704_Innsbrucker_Hutte/
La senda nos conduce perdiendo altura hacia el valle de Pinnistal. El conjunto de montañas que cierra el valle por nuestra izquierda nos recuerda los recorridos dolomíticos, apareciendo y desapareciendo entre los árboles que forman el frondoso bosque que atravesamos. Pronto avistamos la estructura del Issenanger Hütte (1569 m), en la que enlazamos con la pista que viene del valle, conocida como Camino de la Reflexión por las numerosas capillas con imágenes religiosas que lo jalonan rodeados de bancos que invitan a la admiración de la naturaleza. Un ejemplo se encuontra poco más allá, en la forma de una bella construcción en madera denominada Hubertus Capelle que acoge una clásica imagen del Santo protector de los cazadores acompañado por su inseparable venado.
Nuestros pensamientos se centran en la dura pista que gana altura con rotundidad para conducirnos hacia la llanura de Karalm (1773 m). Ya tenemos frente a nosotros la mole del Habitch (3277 m) que cierra el valle. Abandonamos la pista para salir por un sendero a la izquierda. El grupo se disgrega pronto y cada uno hace su camino a su ritmo. Llegados a una explanada que constituye la parte central de un pequeño circo glaciar, observamos los primeros neveros que yacen a los pies del collado que constituye el siguiente objetivo y que separa la mole del Ilimspitze de la carena del Habitch. Dos grupos compiten por el premio de ser los primeros en alcanzarlo, presagiando la sana competencia de los días que seguirán. El colladito esta presidido por una imagen de la Mare de Deu esculpida en madera, testimonio de la serena devoción existente en estos valles. Un banco nos invita a descansar y admirar las primeras imágenes del Valle de Gschnitz. Al fondo, una cadena montañosa marca la frontera entre Austria e Italia. Desde el collado un camino se dirige a la derecha hacia el Innsbrucker Hutte (2369 m), situado a un escaso centenar de metros, a los pies de la pirámide que constituye el Habitch. En escasas tres horas hemos completado el recorrido. El frugal y tempranero desayuno de la mañana nos invita a inaugurar el refugio tomando las primeras cervezas y degustando algunas unidades de Apfelstrüdel. Unas plomizas nubes cubren la cima del Habitch y nos aconsejan dejan para otra ocasión la ascensión prevista. Las cinco horas y media que se necesitan para superar los 1000 metros de desnivel hasta su cima y la previsión de que el tiempo empeore no lo hacen recomendable. Se produce una desbandada; una parte del grupo se dirige a coronar el Kalkwand a una hora de distancia, otros rodean el Ilimspitze y hay gente para que un tercer grupo admire la rica flora alpina. Los últimos en retornar lo hacen con la primeras gotas de lluvia que anuncian el primer chubasco del viaje. El refugio nos acoge con agua caliente, calefacción y comida contundente.
Poco antes de ir a dormir, tenemos el primer contacto con Sean y Robyn, procedentes del gran país que constituye la mayor isla del mundo, Australia. Su carácter abierto, encantador, hacen que pronto congeniemos. Al fin y al cabo, no dejamos de ser todos isleños en tierra extranjera.
Hora Inicio = 09:30 Hora Final = 12:45
Lo Peor: La visión de los bosques desbrozados para abrir pistas de ski.
Lo Mejor: Las bellas imágenes al contemplar Pinninstal y Gschimitztal a la vez.
La Anécdota
La jornada tiene un final insospechado cuando, tras la cena, El Jefe se atreve con una desvencijada guitarra y empieza a entonar algunas canciones. Una muchacha se nos une en el improvisado concierto para jolgorio del resto de personas. Acabamos destrozando a coro algunas bellas canciones. Nuestra recién adquirida compañera resulta ser una violinista polaca que ha tocado con alguna de las mejores orquestas de su país y que ama con pasión la música de Mozart.
La Historia
Durante muchos años las gentes de Stubai creían que la montaña más alta del Tirol, debido a su destacado perfil sobre la montañas que lo rodean, era la del Habitch y así lo proclamaban con su nombre que significa Halcón en alemán. Desgraciadamente descubrieron más tarde con pesar que el Zuckerhütl era algo más de 200 metros más alto.
Algunas imagenes en
http://s137.photobucket.com/albums/q235/fjsn/20090704_Innsbrucker_Hutte/
1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=10BbpGKLXqk
para nuestros amigos australianos!
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