Las primeras 4 horas de carretera hasta llegar a Ranypawa, donde almorzamos de nuestra primera auténtica comida nepali (arroz, judias pintas, patatas hervidas y una estupenda tortilla con verduras) trascurren por valles verdes y empinados con terrazas sembradas de arroz y otros cereales, el aspecto es muy parecido a nuestros "marges de pedra seca" pero sin piedras. El resto del viaje por pista de tierra, fango y piedras trascurre por un territorio más montañoso, salpicado de aldeas y terrenos de cultivo, en una de las paradas obligatorias debido a los derrumbes y mejoras de la calzada aprovechamos para regalar unos globos de colores a nos niños de una de estas aldeas.
Más adelante, ya de noche, encontramos el control de los militares que emiten y cobran a la luz de unas tenues velas, copiando nuestros datos del pasaporte, el permiso de trekk para poder acceder al Parque Nacional de Lantang. Finalmente el jeep aguantó y llegamos a S. B., el guia nos busco lodge y nos prepararon una estupenda cena, lo que no sabiamos es que durante los 9 siguientes días repetiriamos cada día para almorzar y cenar estos mismos maravillosos manjares.
tomeu porcel pons
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